jueves, 21 de abril de 2011


Y nos culpamos entre nosotros de nuestra propia desesperanza.
Nos enojamos.
Y nos culpamos.
Su-tu-mi- culpa

¡Por mi culpa, por mi culpa, por mi gran culpa!

¡Alguien que nos redima, que nos remiende, que nos perdone!
Alguien que nos regale el paraíso.
Alguien que nos diga que pensar, qué decir, qué mirar, qué es amar y a no desear.
Quiero ser un buen samaritano
Quiero ser bueno
Quiero ser
Quiero ser?
Qué quiero ser?


Y cuándo elegimos? nos ponemos manos a la obra, buscamos nuevas formas de expresarnos, o alzamos la voz?
Y me voy
Apocalíptica.

Los ojos, las manos y los pelos se enredaron.
Y los pies volvían, rebotaban.

Soledad te falta.

Amor, abrir, amor. Abrir-me al amor. Desanudada. Abrir-me-a-mí. Salir de mí. No perderme a mí.
Inacabada, pero siempre construida.
Somos lienzo, del color que vos quieras, el olor que vos quieras, el cielo que vos quieras, la caminata que vos quieras.

Eso.
Hay que bancarsela.